Los ejes de la transición: con ojos en el dólar, Alberto Fernández encara la renegociación de la deuda

Los ejes de la transición: con ojos en el dólar, Alberto Fernández encara la renegociación de la deuda

FacebookTwitteremailPrintLas gestiones con el FMI y acreedores y el acuerdo de precios y salarios serán prioridades del nuevo Gobierno, incluso antes del 10 de diciembre. Vaca Muerta, retenciones y el poco margen para recomponer salarios. El desayuno en Casa Rosada entre Mauricio Macri y Alberto Fernández marcará el inicio de una transición que tendrá a la economía […]

Las gestiones con el FMI y acreedores y el acuerdo de precios y salarios serán prioridades del nuevo Gobierno, incluso antes del 10 de diciembre. Vaca Muerta, retenciones y el poco margen para recomponer salarios.
El desayuno en Casa Rosada entre Mauricio Macri y Alberto Fernández marcará el inicio de una transición que tendrá a la economía como foco principal, con una renegociación de deuda con acreedores privados y el FMI en el horizonte, reservas menguantes en el Banco Central, la inestabilidad del dólar, la inflación del 55% anual, la caída del salario real y la pobreza en más del 35%.
En los dos meses y medio que transcurrieron desde las PASO, el escenario se complicó. Las reservas del Banco Central cayeron U$S22.806 millones. Las reservas netas -es decir, las que efectivamente se podrían usar en el mercado cambiario- rondan los U$S10.000 millones. El retiro de depósitos en divisa de los bancos, desde las primarias, fue del orden de los U$S12.500 millones, o casi el 40% del total.
Con este panorama complejo, la renegociación de deuda y el acuerdo social son los dos ítems que aparecen al tope de la agenda económica del próximo gobierno.
Sin tiempo que perder, la transición empieza este lunes, probablemente con mayores restricciones a la compra de dólares. Santiago Cafiero y los economistas Matías Kulfas, Cecilia Todesca y Guillermo Nielsen serán algunos de los nombres que coordinen con la administración saliente el traspaso de mando hasta el 10 de diciembre.
La deuda y el dólar
La victoria abultada e irreversible en las PASO puso a Alberto Fernández en un rol incómodo de presidente semielecto, que debía continuar con la campaña y, a la vez, dar señales de gobernabilidad, con la crisis económica como epicentro.
Desde el 11 de agosto hasta el 26 de octubre, los empresarios más importantes del país y representantes de bancos y fondos de inversión del exterior peregrinaron a sus oficinas de la calle México, en pleno centro porteño, para tener reuniones con el candidato y su círculo más próximo y llevarse alguna definición. No hubo muchas, pero sí un consenso tácito: lo primero que deberá hacer, incluso antes del 10 de diciembre, es dar señales claras de cómo renogociará la deuda para estabilizar el dólar.
La deuda ronda el 75 por ciento del PBI, según cálculos de Julio Figueroa, CEO del banco Citi. La deuda en manos de acreedores privados y organismos multilaterales -FMI incluido- ronda el 50%.
Más de una decena de fondos de inversión alcanzaron propuestas a Fernández y a sus tres economistas de cabecera: Matías Kulfas, Guillermo Nielsen y Cecilia Todesca. Algunas contemplaban quitas de capital, pero la mayoría ofrecía tiempo para pagar, sin recortes. Incluso llegaron iniciativas para posponer hasta le pago de intereses y no solo las amortizaciones, dijo un colaborador de Fernández.
Los banqueros, sin embargo, son más cautelosos. El pliego de condiciones para aceptar estirar vencimientos incluye un abultado superávit fiscal primario (la diferencia positiva entre ingresos y gastos) que asegure capacidad de pago. Ese es el esquema “a la uruguaya”. En el Frente de Todos tienen la búsqueda del superávit como premisa, pero no ven margen para hacer un ajuste que garantice dos o tres puntos del PBI de forma inmediata, como piden los inversores.
“¿La deuda es sostenible? A simple vista, pareciera ser algo sostenible”, dijo Figueroa, del Citi, en un almuerzo con periodistas durante el Coloquio de IDEA, en Mar del Plata. “Básicamente, depende de cuánto entra y cuánto sale, de qué déficit fiscal está dispuesto a tolerar el que gobierne”, siguió. “Si no estamos dispuestos a no tastar más de lo que entra, entonces no es sostenible”, agregó.
Esa negociación será paralela a la que deberá encarar Fernández con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Si bien hubo contactos con técnicos del organismo, serán los vínculos políticos los que definan de qué manera avanzarán las gestiones para extender los plazos de pago con el organismo de crédito que prestó casi U$S45.000 millones en el último año y medio y dejó congelado un desembolso por U$S5400 millones.
En el Frente de Todos, leyeron de manera positiva el retraso en el envío de ese dinero que ahora estaría a disposición del presidente electo. Claro que, para eso, el FMI buscará asegurarse la continuidad -remozada- del programa de ajuste que firmó con la Argentina de Macri.
La evolución de esas dos gestiones impactará en el precio del dólar. A la medianoche, el Banco Central endureció al extremo el control de cambios. Desde este lunes, permitirá a los ahorristas comprar hasta 200 dólares por mes. Guido Sandleris busca detener la salida de reservas. Según cálculos de la consultora ACM, existían al jueves 24 de octubre unos U$S8400 millones de liquidez en la autoridad monetaria. El viernes, las reservas cayeron otros U$S1755 millones. A eso habría que restar vencimientos de deuda por U$S4200 millones hasta fin de año.
La entidad que preside Guido Sandleris podría expandir ese saldo si liquida existencias en oro (U$S2971 millones) o si recurre a los DEG (la “moneda” del FMI, un aporte que hace a todos los socios) y a la posición de reserva del Fondo (que era de U$S7500 millones y ahora bajó a casi U$S3400 millones).
Semanas atrás, economistas cercanos al presidente electo pronosticaban un nuevo salto del tipo de cambio, del 10 o 20 por ciento. El dólar rozaba entonces los $60 en los bancos y el viernes cerró en $65.
Precios y salarios
En paralelo, Fernández deberá dar más indicios sobre el acuerdo económico y social que busca sellar con empresas y sindicatos. En distintas intervenciones, Kulfas puso como objetivo inmediato acordar un sendero para llevar a la inflación a un 2% mensual.
Se habla de un Consejo de Desarrollo Económico, con hincapié en la palabra “desarrollo”. En concreto, sindicatos y empresarios quieren ir más allá de los precios y salarios y acordar, por ejemplo, cambios en los convenios colectivos.
Pero la plata en el bolsillo y la inflación están en el centro de la escena. ¿Habrá recomposición salarial de emergencia para trabajadores y jubilados? Las posiciones no son unánimes en el entorno de Fernández, en momentos en que la industria opera a la mitad de su capacidad instalada y expulsa empleo. Cerca del presidente electo especulaban con el pago de sumas fijas para contener las demandas de recomposición hasta que la economía se estabilice.
Las señales, ahora, deberán ser concretas. Empresarios de la Coordinadora de Alimentos (Copal), la cámara que agruma a las más grandes firmas de consumo masivo, se quejaban por la falta de precisiones sobre los pasos a seguir. Recibieron hace unas semanas a Daniel Arroyo, el probable ministro de Desarrollo Social, y le manifestaron que acompañarán el programa contra el hambre que anunció Fernández. Buscaban precisiones sobre qué pasará con los precios. No las tuvieron. En los supermercados sugirieron que las últimas remarcaciones tuvieron que ver con un colchón previo a mayores regulaciones y a la posible suba del dólar posterior a los comicios.
Algo similar ocurrió en la influyente Amcham, la cámara que agrupa a empresas de origen estadounidense de todos los sectores económicos. Sus ejecutivos tuvieron en estas semanas incontables reuniones con referentes del Frente de Todos, aunque no se llevaron precisiones sobre el plan económico.
Vaca Muerta y retenciones
Los economistas de Fernández repiten que los dólares que necesita la Argentina llegarán por mayores exportaciones. La gran apuesta del gobierno entrante -como lo fue para el saliente- es Vaca Muerta.
El megayacimiento de petróleo y gas no convencional de Neuquén presenta sus propias complejidades. Demanda una inversión del orden de los U$S10.000 millones al año para generar las divisas que necesita el país, dicen en el Frente de Todos. Primero se desarrollaría la extracción de petróleo, más fácil de exportar, y luego la de gas, que requiere de inversiones más profundas.
Pero para eso, las empresas necesitan precios internacionales. Las petroleras levantaron equipos de Vaca Muerta por el congelamiento de precios, que rige hasta el 13 de noviembre. Y subir los precios del crudo implicará, necesariamiente, validar precios hasta 20% más caros de la nafta, a valores actuales. No hay espacio para que un subsidio o una retención garantice un precio local más bajo.
Guillermo Nielsen activó vínculos con todo el sector energético en los últimos meses y prepara una ley para blindar las inversiones.
La minería (el litio) y el agro también deberían aportar divisas para que la economía crezca. En las reuniones que mantuvieron con dirigentes agropecuarios, Alberto Fernández y sus asesores les adelantaron que las retenciones (actualmente fijas, de 3 o 4 pesos por dólar) se quedarán y que probablemente migrarán al sistema de alícuotas: un porcentaje de lo que se venda. Quedarían exceptuadas las economías regionales y las exportaciones de servicios.

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