FacebookTwitteremailPrintAlgunos comestibles llegaron a aumentar casi 15% en un mes. La carne tuvo incrementos de hasta 13,5%. Los economistas advierten por el “descongelamiento” del dólar. La inflación fue uno de los rubros con aumentos más pronunciados en enero. El informe de Indec dio cuenta de un incremento en promedio de 4,7% para los productos comestibles y bebidas sin alcohol. La aceleración de precios […]
Algunos comestibles llegaron a aumentar casi 15% en un mes. La carne tuvo incrementos de hasta 13,5%. Los economistas advierten por el “descongelamiento” del dólar.
La inflación fue uno de los rubros con aumentos más pronunciados en enero. El informe de Indec dio cuenta de un incremento en promedio de 4,7% para los productos comestibles y bebidas sin alcohol. La aceleración de precios fue consecuencia del fin del régimen de 0% de IVA para esos bienes. Según el Gobierno, en las últimas semanas los valores de los alimentos pasaron a tener incrementos más leves tras el salto de principio de año.
El ritmo de suba en los alimentos fue el doble que el de la inflación general. A principio de año finalizó el régimen que eximía del componente de IVA del precio de una canasta de productos comestibles. En su lugar, el Gobierno de Alberto Fernández negoció con los empresarios del sector una recomposición de ese impuesto de forma diferencial para cada rubro.
Días después, el Ministerio de Desarrollo Productivo acordó la nueva lista de Precios Cuidados con los ejecutivos del sector de consumo masivo. A pesar de que el Ejecutivo estimó que el catálogo renovado implicaba un descenso general de precios de 8%, los alimentos fueron uno de los rubros de la economía que más se encareció
Así, por ejemplo, de acuerdo al relevamiento oficial, en el Gran Buenos Aires el azúcar subió 14,7% en el primer mes del año, de $44,18 a $50,66 el kilo. Más atrás quedaron la carne picada (13,5%), papa (13,2%), yogur (11,7%), filet de merluza (11,4%), arroz (11,1%) y limón (10,6%).
Para la Casa Rosada, tras una aumento fuerte en las primeras semanas del año -y que se reflejó en el índice de precios al consumidor de enero-, en las últimas semanas sus controles mostraron “una fuerte desaceleración”, en el rubro alimentos y bebidas sin alcohol.
En el mismo sentido, la consultora Elypsis -que había estimado 3,2% de inflación para enero- consideró que “la inflación de los últimos siete días de enero resultó ser la semanal más baja desde julio de 2019”. “Sin embargo, no estamos proyectando por ahora una trayectoria de tanta desaceleración para los próximos meses, teniendo en cuenta que enero fue influido por cuestiones puntuales”, concluyó.
Para Federico Moll, de Ecolatina, también hubo una desaceleración en alimentos aunque “desde un nivel alto, superior al 5,5% en la primera quincena de enero, hasta algo por debajo de 5% en la segunda”. “En enero también hubo tipo de cambio planchado y ahora en febrero se está moviendo, también hubo caídas puntuales en algunos grupos sensibles como expensas y servicio doméstico, que este mes ya no vas a tener”, analizó.
Por eso, para Moll, el dato de inflación oficial de enero “es un valor raro y que no se va a mantener”. “Entre 2,5% y 3% es la base, algo lejos del piso que tenías antes de 2%. Hay que ver qué pasa con las negociaciones paritarias, pero no es fácil ser optimistas”, cerró.
La carne fue uno de los productos que más aumentó. El kilo de asado subió 11%, la paleta 9,2% y la carne picada, 13,5%, de acuerdo con las estadísticas oficiales para el Gran Buenos Aires. Según un informe de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra), “en los mostradores de los comercios minoristas del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), en el arranque de 2020, el precio promedio de los cortes de carne vacuna subió un 7,3%”.
Estos incrementos no serían los últimos. Ya es moneda corriente que los precios de la carne vacuna suban durante los meses de febrero y marzo en la Argentina. Según referentes del sector consultados por TN.com.ar, feedlots con pérdida de rentabilidad, el precio del maíz y el retorno de las familias de las vacaciones, son los factores que impulsan hacia arriba los precios de los cortes.