El Senador Provincial (Cambiemos) se refirió a la situación que debieron soportar los abuelos y jubilados que concurrieron a los bancos de todo el país. “Concurrir a bocas de expendio de dinero o de su necesario recibo para las obras sociales, no fue la foto del pasado viernes. Su exposición al sol, en largas colas, sin que nadie los ayude, viene desde hace mucho tiempo” cuestionó Ruben Dal Molin.
En la nota enviada a Informe Ciudadano el legislador provincial expresa “Si nunca encontró a alguien que le pida ayuda en un cajero bancario, o es la excepción que confirma la regla, o, por el contrario, no utiliza este sistema para sus operaciones”.
Sostuvo que “La bancarización de los sueldos y jubilaciones, casi impuestas hace unos años, por un lado, y el grado y nivel de utilización del sistema en general por parte de las instituciones bancarias, modificó, al menos en la última década, la modalidad de prestación de servicios bancarios. La casi nula atención al público redunda en menos personal y menor costo de funcionamiento de dichas instituciones”.
Por otro lado detallo que “Quienes diseñan el sistema basan en la creación del dinero virtual para cualquier transacción, con poco circulante de papel en el mundo y solo de aquellas monedas con capacidad de atesoramiento. Salarios y jubilaciones están bancarizados. Los diseños de escritorio, por allí, chocan con aspectos de la realidad”. Acceden a salarios y jubilaciones (ahora también planes sociales) muchos “analfabetos” de los TIC (tecnología información comunicación), o también analfabetos, donde toda capacitación en tal sentido debería comenzar por enseñar a leer y escribir. Este es el primer inconveniente, y las respuestas de las instituciones bancarias, es cada vez MENOS ATENCION PERSONALIZADA.
Por otro lado indico que se debe pensar también en otros: lejanía de cajeros automáticos – carencia de instituciones bancarias en pueblos – pocos cajeros – baja conectividad de web – solo por nombrar algunas.
Considero que quienes diseñan sostienen que la utilización del “plástico” debería reemplazar al dinero “Nuestra economía tiene un alto porcentaje de economía informal. El acceso a sistemas de pago basado en posnet es casi impensado en muchos comercios y servicios de barrios” trazó.
Conclusión: se requiere circulante.
“Los asalariados con sueldos mínimos, nuestros abuelos, necesitan de dinero
contante y sonante para pagar la libreta del almacenero o carnicero de barrio,
o devolver el auxilio de algún préstamo, o cortarse el pelo en un
cuentapropista informal. Las planificaciones se hacen desde escritorios, y las
realidades marcan los inconvenientes en su aplicación”.
Dal Molin describió “el cuello de botella en cajeros, el destrato a nuestros abuelos y jubilados que deben concurrir a bocas de expendio de dinero o de su necesario recibo para las obras sociales, no fue la foto del pasado viernes. Su exposición al sol, en largas colas, sin que nadie los ayude, viene desde hace mucho tiempo. El COVID 19 y las medidas sanitarias, solo hicieron emerger el problema”.
Por otro lado marco una realidad en distintas localidades “Repartimos computadoras y no tenemos conectividad. Le pagamos al BERSA importantes sumas como agente financiero, lo eximimos de impuestos, pero nada exigimos a cambio”.
En el último párrafo de la nota manifiesta “Tal vez superada la pandemia seamos algo distinto, y comencemos a visualizar los VERDADEROS PROBLEMAS ESTRUCTURALES que tiene la Argentina”.
“Si nunca encontró a alguien que le pida ayuda en un cajero bancario, o es la excepción que confirma la regla, o, por el contrario, no utiliza este sistema para sus operaciones” finalizó. (Informe Ciudadano)