La Municipalidad de San Isidro tiene previsto rematar 40 residencias del partido valuadas en alrededor de un millón de dólares cada una para recaudar fondos que serán destinados principalmente a insumos para asistir la pandemia de coronavirus.
Se trata de viviendas ubicadas cerca de la costa ribereña del norte del conurbano y que, después de años de no pagar la tasa de ABL, poseen deudas acumuladas superiores a $1.000.000, aunque en algunos casos trepan hasta casi $2.000.000.
“En una primera etapa, cuando reabran los tribunales, irán a remate público 15 mansiones para las que ya hay un martillero y un tasador asignados”, adelantó a LA NACION el intendente Gustavo Posse. Se prevé así recaudar más de US$15 millones. Las restantes 25 residencias no tienen sentencia judicial aún, pero sus propietarios fueron varias veces intimados por la Justicia y, si no se presentan a abonar, en una segunda etapa se procedería también a subastarlas, explicó.
“Ya les iniciamos juicio de apremio fiscal a los especuladores. Muchas veces dicen no pago, total después me busco un abogado que me postergue un poco la deuda y al final pago cuando me conviene. Pero acá no hay moratoria”, remarcó el intendente.
En su mayoría, estas viviendas con incumplimientos se encuentran en los barrios de Martínez y Acassuso, entre las vías del ferrocarril Mitre y el Río de La Plata, y están a nombre de sociedades anónimas en el 80% de los casos. Las propiedades se sitúan en Pasteur al 600, General Alvear al 600, Olegario Andrade al 500, José C Paz al 800 y Las Heras al 2500, entre otras direcciones informadas por el municipio. Por lo general están emplazadas en terrenos de alrededor de 1000 metros cuadrados; poseen jardín, pileta y no menos de 400 metros cubiertos.
El pago de la tasa de ABL se destina principalmente a sostener los tres hospitales y los 14 centros de atención primaria que administra el distrito. Según fuentes del área de Salud de San Isidro, “en estos momentos necesitan adquirir constantemente gran cantidad de insumos para asistir la pandemia: barbijos, guantes, alcohol en gel, termómetros y nebulizadores, entre otros elementos muy costosos”. Y aclararon: “No es que no tenemos insumos, lo que sucede es que hay que reponer constantemente”.
Aunque el partido tiene uno de los mayores índices de cobrabilidad de ABL de la Provincia de Buenos Aires, con un 80% de cumplimiento, la medida tiene como objetivo no perjudicar a los vecinos que pagan, aun con dificultades.
Fuentes de la Dirección General de Rentas de San Isidro dijeron que los casos en los cuales se subastará la vivienda son muy específicos, ya que hubo un incumplimiento sistemático durante años. “No contamos con ningún caso de una persona mayor que heredó una casa y que no pueda pagar, por ejemplo. Todas esas situaciones se contemplan cuando alguien se acerca a pedir una quita. Acá son sociedades que persisten y persisten en el incumplimiento, y tienen todo gratis”, sostuvieron.
Consultado el intendente sobre si el partido está habilitado para solicitar a la Justicia la subasta de inmuebles, explicó que, dado que la recaudación es parte del patrimonio de la Provincia de Buenos Aires y que el municipio debe rendirle cuentas todos los años, dichas acciones están enmarcadas en la ley. “Es una obligación intimarlos. Si no lo hiciésemos, seríamos multados”, dijo.
El antecedente más cercano de un remate de inmuebles por parte de un municipio fue en 2014, cuando el gobierno de la ciudad de Buenos Aires intimó a 28 contribuyentes, entre los que había particulares y empresas.
Según los expertos en derecho administrativo, los intendentes tienen facultades legales para pedir los remates. “De todos modos, antes se deben agotar dos etapas. Primero, la administrativa para cobrar esa deuda y, cuando finaliza, queda abierta la instancia judicial, que consiste en un juicio ejecutivo, corto, por lo general rápido, salvo que el demandado presente oposición y demuestre que pagó o que la tasa estuvo mal liquidada”, explicó el abogado Mario Álvarez Indart, vecino de la zona.
Para Álvarez Indart es poco frecuente que se llegue a la instancia de un remate ya que cuando la gente vende una propiedad, el escribano pide un libre deuda y, en caso de que haya dinero pendiente, retiene a los vendedores ese monto. “Pero, dado que en estos momentos el mercado está en recesión y no se venden las casas que poseen alto valor, es correcto que el municipio pida la subasta directamente”, explicó.
En ese sentido, fuentes del real estate que operan en la zona dijeron a LA NACION que se estima que en San Isidro hay casi 50 mansiones de más de un millón de dólares que están en venta hace años, desde chalets estilo tudor en Barrio Parque Aguirre, hasta casas modernas, racionalistas, en Martínez.
“No es cierto que el mercado de las viviendas de lujo esté frenado, antes del aislamiento se hicieron algunas operaciones con gente que entendió que tenía que bajar el precio de su propiedad. Las casas que no se vendieron es porque tenían los precios totalmente inflados”, explicó el dueño de una inmobiliaria, quien coincidió con Posse en que “si vos tenés una casa de más de un millón de dólares y no pagás los impuestos, es porque estás poniendo el dinero en otro lado”.