FacebookTwitteremailPrintEl 44,2% de los argentinos está sumergido en la pobreza, en medio del devastador impacto de la pandemia de coronavirus, que agravó el cuadro recesivo que ya venía afectando a la economía, según un informe difundido hoy por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA). Incluso, la pobreza habría llegado […]
El 44,2% de los argentinos está sumergido en la pobreza, en
medio del devastador impacto de la pandemia de coronavirus, que agravó el
cuadro recesivo que ya venía afectando a la economía, según un informe
difundido hoy por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica
Argentina (UCA).
Incluso, la pobreza habría llegado al catastrófico
nivel del 53,1% de la población si no se hubiesen implementado planes de
emergencia como el IFE o la tarjeta alimentaria, indicó la institución.
Adolescentes
El 65% de los menores de 17 años viven en hogares pobres, de
acuerdo con el estudio realizado con datos relevados entre julio y octubre
últimos.
Más de 7,5 millones de chicos y adolescentes viven
en hogares con carencias básicas.
Sobre este punto, el informe alertó sobre una
“persistente infantilización de la pobreza en la Argentina urbana”.
Un 34,1% de la población cayó en la categoría de
“pobres no indigentes” mientras que 10,1% están directamente en la
indigencia, es decir, ni siquiera pueden cubrir la canasta alimentaria básica.
Desempleo
Para la UCA, en julio-octubre el desempleo llegaba al 14,2%,
lo que representa unos 2,7 millones de personas, 600 mil personas más que en el
estudio anterior.
La mayor cantidad de pobres, que ya rondarían los
20,3 millones de personas, se disparó en medio de la pandemia de coronavirus,
que impactó muy fuerte sobre la actividad.
El estudio, titulado “Informe de Avance:
Deudas Sociales en la Argentina 2010-2020. Crisis del empleo, pobrezas y
desigualdades estructurales en el contexto COVID-19”, reflejó un fuerte
deterioro social con relación al 2019, cuando la pobreza ya era muy alta, del
40,8%.
Medidos por hogares, los afectados por la pobreza subieron
del 32,1% al 34,9%.
El desempleo subió del 10,6% (2019) al 14,2%, de
acuerdo con esos datos.
AMBA, la más afectada
El dato de pobreza también se amplificó, explicó la UCA,
porque se amplió la consulta a 30 partidos del Área Metropolitana del Gran
Buenos Aires, seis más que los consultados por el organismo oficial de
estadística.
El AMBA fue una de las zonas donde mayor pegaron
las medidas de aislamiento social para contener los contagios de Covid-19.
El director del Observatorio, Agustín Salvia, dijo
que “las medidas de aislamiento obligatorio adoptadas generaron una crisis
de oferta y demanda de bienes, servicios y mano de obra laboral”.
Explicó que esto “tendió a alterar la validez de indicadores clásicos utilizados para medir la condición de actividad, la pobreza por ingresos y las demandas de salud y educación, entre otras dimensiones”.
Los datos relevados entre julio y octubre de este año son los
más altos de toda la serie que arranca en 2010.
Corresponde a la “pobreza de ingresos”
que surge de comparar los ingresos de los hogares con los valores de la canasta
de indigencia y de pobreza.
Deterioro pronunciado
“Las evidencias presentadas en este informe confirman
que bajo el escenario de crisis COVID-19, las capacidades monetarias de los
hogares experimentaron un deterioro abrupto y pronunciado, con efecto
regresivos sobre la pobreza y la indigencia”, dijo Salvia.
Advirtió que “el nuevo escenario paralizó aún
más la inversión, los consumos y la demanda de empleo en la economía formal, a
la vez que frenó toda expectativa de reactivación, afectando especialmente a la
pequeña y mediana empresa, profundizando la relación entre informalidad
económica, pobreza y exclusión social”.
Crecimiento ininterrumpido
Salvia alertó que la pobreza sube con mucha fuerza en los
segmentos de trabajadores marginales e integrados y en el Conurbano bonaerense.
“Entre estos grupos, la pobreza crece casi
ininterrumpidamente desde 2013-2014, y evidencia un nuevo salto en el contexto
de pandemia”, señaló.
Dijo que “la indigencia también aumenta,
afectando más a los segmentos marginal e integrado de trabajadores, y es
transversal a todas las regiones urbanas, aunque con mayor fuerza en el
conurbano bonaerense”.
“El efecto COVID no fue ´democrático´, no
afectó a todos por igual: entre los sectores de abajo se acentuó el deterioro
social, mientras la cúpula de la pirámide está ahora más concentrada y
protegida”, consideró.
Herramientas
El informe consigna que sin los distintos programas sociales
(IFE, AUH, tarjeta alimentaria, pensiones no contributivas y otros), la pobreza
hubiera saltado del 44,2% al 53,1% de la población urbana.
Estimó que el efecto del ingreso familiar IFE, de
10.000 pesos otorgados en algunos meses, incidió 8,3 puntos en reducir la
indigencia y 6,4 puntos en la pobreza.
“El IFE habría sido la política con mayor
impacto absoluto sobre las tasas de pobreza e indigencia, en comparación con
las demás políticas de transferencias implementadas”, señaló el informe.