Los dueños de los locales se mostraron en desacuerdo con la imposición de un posible toque sanitario: “La gastronomía no está preparada para otro baldazo de agua fría”, dijo uno de ellos
En Mar del Plata, el temor de lo que pueda pasar durante los próximos días, en relación a la implementación de restricciones nocturnas ante el aumento de casos de coronavirus, preocupa tanto a los turistas como a los comerciantes. Dentro de ese grupo sobresalen los gastronómicos, quienes aseguraron que no acatarán ningún toque sanitario y permanecerán con sus locales abiertos.
Dicha postura se contrapone a lo que esta mañana le propuso el presidente Alberto Fernández a los gobernadores para aminorar la propagación del virus en el país: un cese total de actividades de 23 a 6, medida que impacta principalmente en los bares y restaurantes. “La gastronomía no está preparada para otro baldazo de agua fría. Trabajamos para eso, invertirmos para eso, para poder trabajar”, dijo Juan Rodríguez, gastronómico marplatense, a Infobae.
El empresario, socio y dueño de varios sitios concurridos en La Feliz, fue tajante si la restricción se vuelve efectiva: “Nadie va a cerrar porque estamos cansados de fundirnos. Ya hablé con muchos y todos piensan igual”.
El martes, tras la reunión que mantuvo junto a los intendentes de la Costa Atlántica, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, comunicó que se reforzarían los controles en la calle, las playas y los locales gastronómicos.
“La temporada es baja, estamos a un 25% de la temporada anterior. Las noticias que llegan no son alentadoras. Las autoridades atormentan al turismo durante la semana y lo único que hacen es perjudicar la situación. No hay un plan verdadero porque tampoco hubo un plan sobre cómo llevar a cabo la pandemia”, manifestó Rodríguez.
El empresario sostuvo que el enfoque del problema está errado y que la forma en la que se busca atacarlo no es la correcta: “El virus no tiene horario. Trabajar con los lugares habilitados ayuda a no permitir la clandestinidad. Si cerrás los bares, los jóvenes van a seguir saliendo”.
En las últimas horas, la Unión del Comercio, la Industria y la Producción (UCIP) de Mar del Plata presentó un comunicado en el cual resaltó que “las actividades económicas no resisten otro cierre”.
Allí agregaron que esta decisión “significaría la destrucción de las pymes locales y de los pequeños comercios, que desde el inicio de la pandemia vienen haciendo un sobreesfuerzo por mantener sus persianas altas y los puestos de trabajo”.
En el texto remarcaron que “todos los informes comerciales que venimos haciendo mes a mes reflejan la situación crítica que están atravesando los comerciantes de la ciudad. Recién en el mes de diciembre se pudieron igualar las ventas del año 2019; a lo largo de todo el 2020 la caída de ventas se mantuvo alcanzando en abril un tope del 85%”.
Y continuaron: “Sería realmente injusto que quienes cumplen con los protocolos, cuidan a la comunidad y trabajan con el compromiso y la responsabilidad de proteger al otro sean los primeros damnificados ante la irresponsabilidad social y la falta de control”.
“Los contagios no se producen en las actividades comerciales y económicas que están reguladas, sino que el foco está en las reuniones sociales, la aglomeración de gente en espacios públicos las fiestas clandestinas y en el poco control sobre el distanciamiento social, el uso del barbijo y el alcohol sanitizante”, completó el comunicado.
Federico Echeverry, dueño de una concurrida cervecería sobre la calle Olavarría, expresó: “Estamos a la expectativa de que no pase. Se erra el enfoque. Acá en Mar del Plata estamos trabajando con los protocolos, que son los de la provincia de Buenos Aires. Y estamos cuidándonos mucho. Los principales interesados en cuidar a la gente somos nosotros. En noviembre y diciembre trabajamos y los casos disminuyeron en Mar del Plata. Insisto en que caeríamos nosotros en la volteada y no veo que seamos el riesgo”.
El gastronómico también reveló que “posiblemente vuelva a suceder algo similar” a lo que ocurrió en octubre de 2020, cuando los dueños de los bares y restaurantes reabrieron sin permiso a modo de protesta, con mesas y sillas en las calles. “Cuando digan lo que va a suceder lo analizaremos y veremos cómo lo afrontamos”, remarcó Echeverry a este medio.
La misma postura fue adoptada por Avedis Sahakian, presidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica (AEHG) de Mar del Plata y dueño de la mítica confitería Manolo. “La gente cuando viene de vacaciones quiere hacer todo. Las salidas nocturnas son parte del paquete turístico, son indispensables dentro del paquete recreacional. Por eso esto afecta a otras cuestiones: hay gente que está trabajando en sus empresas radicadas en otras localidades del país y, ante esta incertidumbre, se quieren volver”, indicó a Infobae.
“Estamos preocupados porque entendemos la cuestión sanitaria pero necesitamos trabajar, pagar sueldos, llevar adelante las empresas. Esto de poner un tope horarios nos tiene muy preocupados, es un aspecto muy negativo”, completó el empresario.