La Agrupación Rojo y Negro 1° de Mayo de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer), que está al frente de las seccionales Paraná, Villaguay, Tala, Federación y Nogoyá, fijó postura respecto de la vuelta a clases.
Las autoridades educativas de la provincia afirmaron que el ciclo lectivo comenzará el 1° de marzo. Será con presencialidad y tendrá instancias virtuales, en lo que se denomina una “bimodalidad”.
Comunicado
La Agrupación Rojo y Negro 1° de Mayo hizo público un comunicado en el que alertan sobre las deficiencias del sistema educativo entrerriano, de cara al retorno a las aulas.
A continuación, el texto completo, titulado “Sin presupuesto para garantizar la condiciones no puede haber presencialidad”:
“El Consejo General de Educación aseguró que en la provincia se trabaja en un diseño institucional y pedagógico “bimodal”, con diferentes formatos de organización de clases y agrupamientos para el regreso a la presencialidad. En el mismo sentido, el gobernador Gustavo Bordet dijo que “todo dependerá de la evolución de la situación epidemiológica”, para lo cual armarán grupos de hasta 15 estudiantes, con presencialidad y virtualidad, alternando semanalmente.
Nosotros entendemos que cuando se hacen este tipo de propuestas de soluciones se piensa en escuelas idealizadas sin tener en cuenta la realidad de muchas instituciones que difícilmente puedan aplicarlas ampliando aún más la desigualdad social. En el año 2020 no solo que no se cumplieron con las partidas de mantenimiento y limpieza de cada escuela, sino que además abordamos el 2021 sin siquiera garantizar el agua potable en todas ellas.
Las condiciones de higiene y salubridad en las escuelas nunca estuvieron garantizadas… con o sin COVID.
Esta mencionada “Bimodalidad” de la cual se habla, necesitaría indefectiblemente que se amplíe el presupuesto para educación, ya que más docentes deberían hacerse cargo de dicho trabajo. Obviamente esto no está previsto.
Los insumos necesarios para el desarrollo de la tarea docente tampoco estuvieron garantizados; ni en la presencialidad, ni en la virtualidad: el docente estuvo y está obligado a destinar un porcentaje de su sueldo para asegurar que el sistema educativo funcione. Las escuelas no reciben partidas para el pago de internet ni telefonía fija o celular entre otras cosas.
A todo esto se le suma nuestra situación salarial. En todo el 2020 el gobierno de Bordet no llamó a paritarias salariales. Apareció a fin de año otorgando bonos ilegales e insignificantes respecto a lo que había acontecido con la descarnada inflación que terminó de romper las magras economías familiares de los docentes.
Es por esto que la propuesta salarial que se quiera presentar deberá permitir el recupero de lo perdido durante todo el año pasado, sumarle lo perdido en el 2019 y proyectar un aumento salarial significativo que le de dignidad al trabajador de la educación. Ningún docente puede estar debajo de la línea de pobreza. La propuesta salarial no puede ser un insulto. De lo contrario habrá conflicto.
Este escenario implica necesariamente que el gobierno de Bordet deje de lado sus formas y sus modos. La escuela pública necesita que, de una buena vez, los gobiernos de turno se pongan a la altura de las circunstancias y le den a ella la importancia que necesita. Las trabajadoras y los trabajadores de nuestras olvidadas escuelas sabemos de luchas. Esta no será la primera y seguramente no será la última”.