Alrededor del 24% de los electores del próximo domingo tienen entre 16 y 30 años. Los jóvenes que se formaron y educaron en el nuevo milenio. Miran poca televisión abierta, y eligen Netflix o similares cuando lo hacen. No escuchan radio; sino en programas enlatados que guardan en celulares o Tablet. Se comunican a través de Instagram o Twitter. Sintetizan sus sentimientos en fotos o emoticones, y sus pensamientos por medio del reggaetón.
Pueden, por su incidencia dentro del conjunto electoral, ser fundamentales a la hora de inclinar la balanza para uno u otro lado. En aspectos y relaciones sociales sufrieron enormemente la pandemia, y son mordaces al calificar el muy mal manejo de las medidas sanitarias. Se los percibe enojados por el salto en las filas del vacunatorio VIP, o, enterarse de las fiestas en Olivos mientras ellos estaban prohibidos.
El “kirchnerismo oficialista” y su ala política La Campora fue hace unos años un atractivo y fuente de pensamiento y militancia en esta edad etaria. Hoy sus integrantes quedaron viejos, sus propuestas fracasadas y los jóvenes, claramente, rechazan estas posturas.
Desde la oposición, y anterior oficialismo, UCR + PRO, en algunos distritos pareció encantar en 2015 a este sector; pero algunos fracasos del gobierno macrista los defraudó y lleno nuevamente de dudas y sus miradas se inclinan ahora a candidatos mediáticos como Milei o partidos de izquierda romántica.
En Entre Ríos, al menos para estas PASO las únicas propuestas que parecen ocupar el centro de la escena es Frigerio (ex ministro Macrista) vs Galimberti (Intendente de Chajarí); y el oficialismo provincial parece definir una estrategia de mediano plazo, tal vez tomando aire para cuando se juegue el partido definitorio de noviembre. Bordet incorporó a jóvenes en su única oferta electoral. Lucia Varisco es joven, pero parece no mover el amperímetro, y su único objetivo debería ser alcanzar el mínimo de votos que la habiliten para noviembre.
Todos apuntan al sector joven. Es una porción demasiado importante del electorado.
Cuando se mira a Galimberti – Frigerio, donde parecería centrarse la discusión más fuerte, es claro que el actual intendente de Chajarí gana ampliamente la batalla en cuanto a preferencia de jóvenes. Tiene más penetración en este sector del electorado, y su discurso, sencillo y bien entrerriano, sostenido por sus acciones, penetró muy bien entre este rango etario.
(*) Redacción de Informe Ciudadano