¿El peronismo apoyará la BUP en Entre Ríos?

Quien haya seguido el debate de la Cámara de Diputados en la sesión que el miércoles pasado terminó sancionando la boleta única de papel (BUP) como nuevo instrumento de votación en el orden nacional, habrá quedado con una idea muy clara: el peronismo se opone. Terminantemente.

Lo dejaron en claro los diputados de Unión por la Patria con su voto en contra. Y los que hicieron uso de la palabra repitieron los argumentos más conocidos para resistir el cambio de un sistema electoral que en 40 años de democracia no recibió serias denuncias de fraude y ha generado alternancia en el poder, muchas veces por estrecho margen de votos.

Los diputados nacionales del peronismo pusieron en dudas los beneficios de adoptar la BUP, como el ahorro en la impresión de boletas y la agilidad de la votación. Advirtieron que podría generar confusión en el elector, al tildar sólo al presidente y dejar colgado los demás candidatos, aumentando el voto en blanco en la categoría de legisladores. Destacaron que las listas sábanas de diputados quedarán ocultas por una razón de espacio. Y, en especial, advirtieron que la BUP debilita a los partidos políticos, promoviendo una mirada individualista y personalista de la disputa electoral.

El peronismo, que históricamente utilizó la boleta partidaria como parte de la campaña electoral y como un instrumento para fidelizar el voto, defendió el rol de los partidos políticos como organizaciones que se construyen en torno a un conjunto de ideas y un proyecto determinado.

Por eso mismo, si el peronismo, como partido, rechazó la BUP en el orden nacional ¿por qué razón habría de aceptarla en la provincia? La que impulsa el gobernador Rogelio Frigerio es tan BUP como la que avala Javier Milei, aunque la que se proyecta en la provincia tenga el atenuante de permitir el voto por lista completa. De hecho, ninguno de los discursos peronistas en el Congreso Nacional hizo foco en este punto. Todos fueron contra la BUP, en general. Nadie dijo que, tal vez, podría ser aceptada si se incluía el voto por lista completa.

Acá es otra cosa

Sin embargo, la posición del peronismo entrerriano frente a este tema parece ser bastante distinta a la del orden nacional.

Para empezar, la intendenta de Paraná, Rosario Romero, que es la dirigente peronista más importante en esta etapa opositora, redactó en 2018 un proyecto de código electoral que adoptaba la BUP. Y no cualquier BUP. Prefería a la de Santa Fe, donde es imposible optar por lista completa partidaria, ya que se vota en cinco boletas separadas: gobernador, diputados, senador, intendente, concejales.

Coherente con esa posición, desde la presidencia de la Liga de Intendentes del PJ, Romero propone una modificación al proyecto de Frigerio. Que los cargos se dividan en dos boletas: una BUP provincial (gobernador, diputados y senadores, eventualmente convencionales) y otra BUP local (intendente y concejales y, donde corresponda, autoridades electivas de comunas y juntas de gobierno):

El proyecto que redactó Romero en 2018 era impulsado por el entonces gobernador Gustavo Bordet, que ahora es diputado nacional y estuvo ausente en la sesión donde se aprobó el cambio en el sistema de votación, tal vez para evitar la contradicción de votar en contra de un modelo de BUP similar al que impulsó en su provincia, o por temor a quedar expuesto en su apoyo a un proyecto de Milei.

La extensa sesión del Congreso dejó otro dato valioso para Entre Ríos. La diputada de la Coalición Cívica, Marcela Campagnoli (provincia de Buenos Aires) recordó a los ocho diputados que la habían acompañado en marzo de 2021 con la presentación del proyecto de BUP. Una era la entrerriana Mayda Cresto.

Su hermano, el ex intendente de Concordia, Enrique Cresto, es hoy diputado provincial y está para votar el proyecto de BUP que impulsa Frigerio. El apoyo a la BUP es transversal dentro del PJ entrerriano. Para la renovación de la conducción provincial del partido, Mayda integró en febrero la lista de unidad por un espacio que se opuso internamente al de Romero y Bordet.

Otros legisladores provinciales con los que pudo hablar Página Política -y que pidieron reserva hasta que se adopte una posición de conjunto- están en la misma o similar posición.

Hay quienes, aun habiendo estado en contra de la BUP, ahora reconsideran su posición ante el hecho consumado del cambio de sistema en el orden nacional. “Corremos el riesgo de quedar defendiendo una posición conservadora, arcaica y que nos puteen si, por culpa nuestra, hay que votar con dos sistemas distintos: con BUP los cargos nacionales y con boleta partidaria los provinciales”, comentó un diputado.

Por fuera de las especulaciones que derivan de la pérdida del efecto arrastre (que permite la boleta sábana partidaria), una de las dudas sobre la BUP es si garantiza que “el ciudadano no se confunda con su voto”. Reparan en que la boleta sábana partidaria ha otorgado hasta ahora legitimidad a los gobernantes. “Frigerio ganó por menos de dos puntos y nadie puso en dudas su triunfo”, ejemplifican.

El voto peronista para la reforma política que impulsa Frigerio es clave. Y no sólo porque el principal partido de la oposición tiene mayoría en el Senado. Un cambio tan importante como el que involucra al modo en que se eligen las autoridades requiere, necesariamente, de un consenso amplio.

El anterior intento de reforma, en 2018, fracasó justamente por eso. Hubo resistencias de la propia interna peronista, sobre las que se montó la entonces oposición de Cambiemos. Buena parte de esas diferencias dentro del peronismo persisten en la actualidad, como se describe en la siguiente nota:

La duda está ahora en saber cuánto modifica este escenario el hecho de que Nación ya haya adoptado la BUP.

El peronismo tendrá que definir una posición común, tal como se mandató el congreso partidario de septiembre, con la participación de la Mesa del Congreso, el Consejo Provincial, los Consejos Departamentales, los legisladores y la Liga de Intendentes. Por lo pronto, no hay noticias al respecto.Fuente: Página Política