Dos diputados de la UCR presentaron una iniciativa para darle solución a estas personas e idearon un registro para censar cada caso ya que no hay datos oficiales de cuántos son los damnificados. Mientras las respuestas del Gobierno no llegan, muchos se las ingeniaron para circular por las rutas pero sin violar la ley
Con la prolongación de la cuarentena total hasta el 26 de abril decretada por el presidente Alberto Fernández, la situación de los argentinos varados en las distintas provincias del país se volvió más desesperante.
“Necesitamos ser escuchados y obtener una solución”, pidieron en una carta pública más de 5 mil ciudadanos nucleados en el grupo de Facebook #VolverACasa ARGENTINOS VARADOS EN EL PAÍS.
Si bien apoyan el esfuerzo que está haciendo Cancillería para repatriar los que están en el exterior, muchos de los cuales atraviesan situaciones complejas y de difícil solución, también solicitan que se acuerden de ellos y que el Gobierno ponga en marcha una “repatriación interna”.
Tras denunciar que “no hay ningún canal de comunicación oficial” que les brinde una respuesta, un proyecto de ley presentado por dos diputados de la UCR genera un luz de esperanza entre tanta desinformación y desatención.
La iniciativa, que es impulsada por Brenda Austin (UCR Córdoba) y Luis Petri (UCR Mendoza), remarca que “al momento de establecerse la cuarentena no se dispuso, bajo ningún aspecto, de alguna previsión de tiempo adicional para que aquellas personas que se encontraran lejos de sus residencias habituales pudieran tomar los recaudos necesarios y regresar a sus domicilios”.
Sostiene, además, que ese aislamiento obligatorio “se realizó de manera intempestiva y concomitante con la suspensión de todos los vuelos y los traslados de larga distancia, generando, en consecuencia, la situación crítica de tener miles de personas varadas al interior del país y sin poder regresar a sus hogares, en un territorio caracterizado por sus enormes distancias geográficas”.
Por eso, en el proyecto de ley se le solicita al Ejecutivo que autorice la circulación de los varados a través de un permiso especial para quienes cuentan con medio de transporte propio y que establezca un plan de traslado para los restantes, aplicando protocolos de control de la cuarenta desde sus hogares, tal como ocurrió con quienes retornaron del exterior.
Para Austin, es necesario que el Ministerio del Interior y el Ministerio de Transporte generen un plan de articulación con las provincias para el diseño de un corredor sanitario que les permita circular de manera segura por las rutas. “Hablamos de una medida que al principio iba a ser transitoria y ya lleva extendida más de 25 días sin un horizonte temporal que nos permita saber su fecha de finalización. Eso genera angustia y situaciones difíciles sortear teniendo en cuenta que hay muchas personas mayores, gente con problemas de salud y familias desmembradas”, dijo la diputada a Infobae.
De acuerdo al informe elaborado por Austin y Petri, la situación de los varados se vio más agravada en San Luis, Formosa, San Juan, Catamarca, Chubut, La Rioja, Jujuy y Mendoza ya que esas provincias establecieron un régimen de aislamiento obligatorio “más estricto” que el dispuesto por el Presidente y en algunas hasta se prohibió toda posibilidad de circular.
“Lo pusimos en marcha el lunes al mediodía y esa misma noche ya teníamos 1292 inscriptos. El volumen va a ir creciendo y hay que organizarlo. No se puede seguir ignorando la problemática”, sostuvo Austin, quien citó al artículo 14 de la Constitución Nacional que reconoce el derecho a transitar y a circular del país. “Es una facultad que tiene que garantizar el estado porque no estamos en estado de sitio”, resaltó.
Por el momento, desde el Ministerio de Transporte de la Nación informaron que no hay ningún plan de evacuación en marcha. En una reunión informativa realizada el 6 de abril en la Comisión de Transportes, de la cual participó el ministro Mario Meoni, los diputados explicaron que el funcionario “sugirió que cada provincia empadrone a los ciudadanos que necesitan evacuar mediante un corredor sanitario, para así controlar la continuidad de la cuarentena”.
Si bien algunas provincias lo hicieron, como Chubut, el otorgamiento de esos permisos fue muy desigual. “He visto como nuestro gobierno provincial se ocupó de reprovinciar, por así decirlo, a todas las personas que se encontraban en Buenos Aires y a los chubutenses que llegaban del exterior a Buenos Aires. Alrededor de 400 o 500 personas ya regresaron, pero somos muchos los que aún seguimos varados en otros puntos del país”, contó Alejandra Silveti a Infobae, quien se encuentra en Córdoba desde el 11 de marzo.
“Espero que el Presidente también tenga en cuenta nuestra situación. Considero que debemos tener el mismo valor para nuestros gobernantes. Ya sea que haya chubutenses en Buenos Aires o en Córdoba. Entiendo que un gobierno no pueda movilizar un micro por dos personas, pero teniendo en cuenta que acá somos 60 creo que es número para tener la consideración”, señaló la mujer.
Mientras se demoran la definiciones al respecto, fueron varios los que se las ingeniaron para conseguir esos permisos, amparándose en algunas excepciones a la norma y casos de fuerza mayor, y hacer las cuarentenas en sus hogares.
A Belén Falcioni (26) y a Darío Parodi (25), una pareja oriunda de la zona oeste del conurbano bonaerense, el aislamiento obligatorio los agarró en Bariloche cuando tenían planeado seguir rumbo hacia San Martín de Los Andes y Villa Pehuenia. Su historia fue dada a conocer por Infobae, donde contaron que estaban a la espera de que el municipio autorizara una caravana de autos escoltada por las fuerzas de seguridad locales para abandonar la provincia de Río Negro y cruzar a Buenos Aires.
Finalmente eso no prosperó y tuvieron que acudir a una abogada para les hiciera una declaración jurada explicando su situación. “Mis papás y los de mi novio tienen más de 60, sumado a que él también se hace cargo de sus abuelos. En ese documento dejamos en claro que debíamos volver a Buenos Aires por tratarse de un caso de fuerza mayor”, explicó Belén a este medio.
Pero el retorno no fue sencillo y tuvieron que sortear varios obstáculos. “Apenas salimos de Bariloche nos topamos con el primer control policial donde nos exigieron un certificado médico que no teníamos, por lo que tuvimos que volver a la ciudad y dirigirnos al hospital para obtenerlo. Por cada pueblo que pasábamos nos pedían el permiso y nos preguntaban los motivos del traslado. Al ingresar a la provincia de Buenos Aires fue un poco más llevadero porque al tener domicilio bonaerense no se nos presentaron mayores dificultades”, aseguró la joven.
Otro de los que pudo regresar a su hogar en la ciudad chubutense de Trevelin fue Luciano Ezcurra, a quien la cuarentena lo sorprendió en Cariló junto a su mujer y sus cuatro hijos. “Tramitamos los permisos a través de la web, tanto el nacional como el provincial. Lo cierto es que con mi esposa teníamos que reincorporarnos al trabajo el 1 de abril ya que nos desempeñamos en actividades que están contempladas dentro de las excepciones: yo soy empleado en una central hidroeléctrica y ella es bancaria”, detalló a Infobae.
“En los controles siempre casi nos pedían los dos permisos, el mío y el de mi mujer, donde explicábamos que circulábamos con nuestros 4 hijos porque no teníamos otra alternativa. Nos pedían los DNI, nos tomaban las temperatura y continúabamos en viaje. En Arroyo Verde, en el ingreso a Chubut, también tuvimos que firmar un acta donde nos comprometimos a quedarnos aislados por 15 días sin contacto social. Después nos pararon en Trelew (tres veces hasta un control de tránsito que nos solicitaron los documentos del auto) y en Dolavon”, relató Luciano, quien recordó que en algunos lugares tuvieron que pedir autorización hasta para cargar nafta. “En Esquel demoramos bastante porque eran las 00:30hs y como estábamos fuera de hora tuvimos que esperar”, dijo.
En el último tramo, un móvil policial los escoltó hasta el hospital de Trevelin donde les tomaron temperatura y se dio comienzo a un seguimiento médico. “Salimos el martes 7 de abril a las 4 de la mañana y llegamos al otro día a las 3 de la madrugada tras recorrer casi 2000 km”, recordó este padre familia luego de vivir la odisea más larga de su vida.